domingo, 20 de diciembre de 2009

La realidad laberíntica de verdades manipuladas



En 1984, George Orwell nos presentó a Winston Smith, quién se dedicaba día a día a realizar los retoques de la verdad. Trabajaba en el Ministerio de la Verdad para conseguir que las evidencias del pasado coincidan con la versión oficial de la historia, mantenida por el Estado...
Desde el regreso de Aminatu a El Aaiún, estoy buscando pistas que me desvelen el motivo por el que Mohamed IV cedió en su decisión de mantenerla alejada de los territorios saharauis ocupados.
Antes de introducirnos en los conceptos de omnipresencia y Gran Hermano, de la Policía del Pensamiento, Orwell hizo posible una Rebelión en la granja...
En el entramado de las causas y efectos, los "puntos negros" en la historia siempre terminan desapareciendo, quizás por eso nos sea tan difícil entender la historia. Corremos un tupido velo hasta que se nos olvide la verdad, y después la realidad no es mucho más distinta que entrar en una habitación de espejos deformes.

sábado, 12 de diciembre de 2009

Porque yo lo digo.


O lo que es lo mismo: "eso es así"
Una afirmación imponente, con la verdad suprema por la gracia de lo más divino, y porque soy yo quién lo dice, sea Mohamed VI sea el guardia de seguridad del súper.
Sí, en mi barrio hay un segurita en el súper; como vivimos en calles de crisol cultural donde confluyen vestimentas que no son de escaparates Inditex, llenas de colores y telas frescas que permiten respirar a las pieles oscuras acostumbradas a la humedad caliente, dónde se acumulan en las esquinas grupos de personas desesperadas por haber dejado todo para venir a encontrar nada... a perder.

El súper del barrio no es gran cosa, tres pasillos mal estructurados donde las verduras que no están congeladas están a punto de descomponerse, los yogures con tres días para caducarse y la carne con un ligero color mosca; eso sí, tiene guardia de seguridad.

El señor de uniforme mayestático pasa la jornada en la puerta, junto a la señora de los cupones y el viejo que fuma y vende algún pescado cuya naturaleza no es muy fiable. Charla con la cabeza estirada sobre banalidades torpes, sin que nadie lo escuche con verdadera atención. Cuando se cansa de exhibirse en la calle entra y se sitúa junto a la caja registradora, pegándose como una lapa a cualquiera que se le antoje, para salvaguardar el negocio.
A veces lo he oído decirle a las cajeras, todas chicas jóvenes que no paran de pasar productos y dar los buenos días o las buenas tardes, cómo tienen que hacer su trabajo, y es que él tiene el uniforme de la autoridad...

Cuando lo veo pasearse con su cabeza estirada y las manos recogidas detrás de la cintura, acechando a cualquiera que se pare a mirar lo que contiene algún producto, se me encogen las tripas. Pienso en la cantidad de personas que tienen un trabajo tan poco necesario y tan influyente a la vez. Y recuerdo a algunas administrativas de la oficina de des-empleo, o del registro del ayuntamiento..y cómo condicionan las esperanzas de quién tienen enfrente. Y me acuerdo de los que toman las decisiones inamovibles porque dicen que los vota una mayoría, y me acuerdo de que no existe la democracia, y de la armada invencible que son las injusticias...entonces quiero morder, quiero patalear y cambiar el orígen de todos ellos y ellas.

Estas ganas de darle la vuelta al mundo se me multiplican infinitamente cuando mi rutina de borrega sin contrato me deja recordar a Aminetu Haidar, a la Cumbre de Coopenague, al vergonzoso premio nobel-delapaz... cuando echo un vistazo a los debates en sillones de cuero entre maderas nobles.. y quiero gritar más fuerte... y quiero que se despierten con la necesidad de huir en un cayuco hacia la inmensidad de un océano frio y se encuentren con este infierno loco de un mundo al revés, y se encuentren con un guardia de seguridad pegado a su espalda porque están mirando qué leche se pueden permitir comprar...

lunes, 7 de diciembre de 2009

Fenómenos transicionales


Cuando el niño o la niña comienza a tener las primeras relaciones autónomas con el exterior empieza la necesidad de emancipación del sujeto niñ@-madre. Este fenómeno se da en un trance, un espacio intermedio en el que se sitúa el niño o la niña y donde se va a empezar a desarrollar su autonomía.

Hasta ahora ha vivido subordinad@ a la madre, formando parte de ella. El pecho representa a la madre entera, y es fundamental para la primera huella psíquica, que conforma por medio de la fantasía representaciones mentales. Este vínculo de empieza a cambiar en el momento del destete, cuando el pecho materno desaparece. Aquí es cuando aparece el objeto transicional, que marca una transición paulatina que permite que el niño o la niña empiece a construirse como un yo separado, un ser autónomo. Posibilita las representaciones mentales de todas las experiencias tenidas en la fase oral y que al abandonar el pecho materno no nos desestabilicemos. El objeto transicional permite ir pactando el mundo interno con el mundo exterior, forma parte del niño, de su mundo interior, pero a la vez tiene una existencia real. El objeto transicional aparece de la necesidad de crear un espacio intermedio, un vínculo de unión con el mundo real en donde el niño se sienta protegido, a la vez que un tiempo para asimilar la realidad en donde va a desenvolverse a través del este objeto o situación, ya que éste le proporciona el acercamiento a la realidad pero desde una protección que él ha sido capaz de crearse. Este espacio entre mundo intrínseco y mundo exterior físicamente está representado en un objeto, al que llamamos transicional, que le permite ir asimilando poco a poco el acercamiento a la realidad que en la que hasta ahora no se ha sentido sumergido.

El niño, la niña tiene la necesidad de parar y asimilar toda una serie de novedades que le rodean y le desencajan de todas las experiencias que hasta ahora había podido tener a través de la madre. También necesita de una realidad ilusoria, pero para él, para ella la verdadera realidad, la cual va ir modificando, en este espacio (interior) cada vez, a través de la experiencia, van a ir apareciendo más modificaciones que equivalen a la realidad exterior, pero nunca a va terminar de ser subjetiva. Este grado de subjetividad es necesario para que la sienta como parte de él, de ella, su creación e irá desapareciendo en cuanto vaya superando la etapa transicional para asimilar la realidad objetivamente. Esta situación necesita de la libertad absoluta y nunca debe de ser forzada, nunca se ha de modificar pues forma parte de un ciclo natural que tiene que ser superado en todas sus fases.

viernes, 4 de diciembre de 2009